Carta a mi hija, por Leticia Sala:

Mi hija, desde que llegaste a esta tierra no recuerdo un día sin miedo de que algo te pasara. Cuando eras una enana me preguntaste si de mayor podrías heredar mi pelo y mis dientes. Tú, tan pequeña ya pensando en sablearme. Siempre me has caído bastante bien. Pero elegiste cosas a las que el tiempo les resta valor.
No te preocupes, el legado que te dejo es todo lo contrario: te dejo mis arrugas. Si lo piensas, son como ramas creciendo por mi piel. Eso me convierte en un árbol, y a ti en un fruto. Sobre mis cicatrices: lo siento, pero no te las puedo dar mis cicatrices son mías, que suficiente me han costao. Y no puede explicar lo que significan para mí: es como si solo te dejará ver el final de la película. Cada cual con su dolor y lo que saca de él.
Y como hoy me pillas con la verborrea, te dejo un par de consejos tontos: el tiempo es un campamento de verano con un millón de actividades Puedes irte a correr, darte el lote en los lavabos, bañarte desnuda en el lago. La cosa es que hagas algo.
Y recuerda que al final de la vida te valorarán por… el amor. Esta vida es un juego surrealista, con reglas que cambian todo el rato. Pero has salido a mí. Y se que sabrás jugarla.

Reportaje VOGUE España ABRIL (pag. 170) – merece mucho la pena leerlo y echar un vistazo a la sesión de fotos

Agradecimientos a: Julieta Serrano, Marisa Paredes, Consuelo Trujillo, Verónica Forqué, María Galiana, Petra Martínez y Blanca Portillo.
Dirección: @camilafalquez
Director de fotografía: @fran___rios
Dirección de Arte: @cristinaramosatelier