Foto © Gerson A. de Sousa Oliveira para On the 50 Road

Los caminos de las musas, a veces efímeros e inalcanzables, otras veces dejan huella. Cristalizan en poesías, novelas, ensayos, filosofías de vida que atesoran los libros. Editar es un acto de amor cuando se mima, cuando el camino que separa lo sutil de lo fijo se vive como celebración, como utopía posible. Así lo siente Mª Consuelo Altable, el alma de Eirene Editorial, una apasionada de la lectura desde niña que lanzó su aventura emprendedora cuando llegó a los 50.

Conocí a Mª Consuelo Altable en 2013 después de enviarle el manuscrito de mi primera novela, Palabras de lluvia. Yo era una autora novel, desconocida, un poco más que ahora y esta editora madrileña, amante de los gatos, apostó por mi obra sin poner objeciones a mi invisibilidad. Desde ese momento he observado de cerca a este raro ejemplar de editora para aprender de ella. No es muy común que una mujer ponga en marcha una editorial con casi 50 años, pero que además apueste por figuras de peso, con la misma pasión que por autores desconocidos, y que done dinero con las ventas a la ONG, Fundación o proyecto solidario elegido por el autor o por la propia editorial, aún menos.

No podía ser de otra manera, Mª Consuelo estaba destinada a perseguir a las musas. Desde niña fue una apasionada de la lectura. Su madre fue maestra y con apenas 3 años se entretenía leyendo los carteles y anuncios que veía por la calle, o se paraba para curiosear los papeles que reposaban sobre el suelo antes de que el viento se los llevase. Con 9 años ya leía a Blasco Ibáñez y todo lo que caía en sus manos, especialmente narrativa y ficción. Su abuela Irene, apasionada por la novela, fomentó aún más esa inclinación por los libros y esa inspiración temprana, inquieta, le llevó a ponerle su nombre a la editorial que dirige desde 2010, “EIRENE”. Aún guarda en su despacho la palmatoria de bronce que iluminó las lecturas de su antecesora. Un objeto que le recuerda, como rosa de los vientos, que las palabras iluminan caminos, abrazan soledades e impulsan almas. «Nuestro mundo navega en medio de mil tormentas económicas y sociales, ha perdido la brújula a nivel personal y colectivo, embarrancado en el miedo a no sobrevivir individualmente ni como humanidad. Así que asumí el reto de crear una editorial definida por valores como el amor, la consciencia y la compasión. Eirene, nombre de una diosa griega, significa Paz en griego, por eso elegí ese nombre y además porque es un emocionado homenaje a mi abuela que me transmitió una pasión: leer».

«Posiblemente hasta los 50 no estuve preparada para poner en marcha este proyecto. Fue un camino de aprendizaje, superación de obstáculos físicos, emocionales, hasta la madurez»
Su sentir respecto de una buena parte de la literatura que publica en su editorial es directo y sin preámbulos, y habla de unión de mujeres: «La sororidad, hermandad de mujeres, es el instrumento en el que podemos encontrar a Isabel Allende, Concepción Arenal, María Ana Sanz Huarte, Concha Méndez, María Rosa Chacel, Gloria Fuertes, Alfonsina Storni, Soledad Puértolas, Matilde Asensi, Ángeles de Irisarri, Toti Martínez de Leza y seguro que se me olvida citar a otras autoras que -más o menos conocidas- fueron la semilla de mi amor por la literatura, como lectora; por supuesto también mis autoras, Cristina M. Menéndez, Carmina Casala, Isabel Delgado, Lola Fernández de Sevilla, Patricia González, y otras noveles pero con mucho futuro como María Cabrera«.

Mª Consuelo es licenciada en Derecho, Master en Dirección y Administración de Empresas y después de ocho años desde que puso en marcha la editorial, lo cosechado, para ella, es positivo. Considera que cada libro es una pequeña obra de arte, en la que el texto y la portada deben hablar al lector. Pese a que el objetivo de esta madrileña, amante de las letras, era el de transmitir las transformaciones vitales que había experimentado como profesora de kundalini gracias a los beneficios del ejercicio, la meditación y la reconexión con la naturaleza, el destino tenía otros planes para ella, y acabó convirtiéndose en editora.

En 2012, con la finalización de su propia novela Días de amor y cosecha (firmada bajo el seudónimo Ángela Blenda) y el descubrimiento en paralelo de la apasionante lectura de manuscritos de otras personas, su deseo de que trascendieran al público le llevó a la puesta en marcha de Eirene Editorial. Y todo ello a pesar de la poca rentabilidad que la edición de un libro supone en términos económicos, pero que no es posible cuantificar en cuanto a su dedicación con cada libro, pues las cosas hechas con mimo no se hacen de cualquier manera. Con un equipo técnico comprometido con la corrección, maquetación, diseño de formato y la calidad literaria y humana de los autores o el compromiso social, como ella comenta, se puede alcanzar la excelencia. A ello se añaden también actividades culturales ligadas a la edición: talleres para niños y niñas, catas literarias, eventos gastronómicos temáticos, ciclos de conferencias, lecturas dramatizadas, etcétera.

«Posiblemente hasta los 50 años ya cumplidos no estuve preparada para poner en marcha este proyecto. Fue un camino de aprendizaje, superación de obstáculos físicos, emocionales, hasta la madurez. Sí es cierto que por otra parte, a veces pienso, que si estuviera en la década de los 40 tendría más energía, y sin embargo, menos sabiduría. El balance es positivo y puedo decir que cada vez que hablo de Eirene Editorial, de sus autores o de los libros publicados o que he decidido publicar, siento descargas de oxitocina».

Consuelo Altable con algunos de los autores que publica en Eirene Editorial
Con algunos de los autores que publican en Eirene
Su amor por la literatura también lo comparte con su hijo, y sus cinco gatas que son de la familia. La primera que llegó a su casa fue Gala que se hizo su compañera inseparable, después Zoe, en un momento difícil de su vida. Por desgracia, Gala murió con 11 años, tras una larga enfermedad, que coincidió con el momento en el que su hijo Ernesto realizaba parte de sus estudios fuera de España. Entonces llegó Alma, más tarde Grace, una gata callejera que rescataron del motor de un coche y por último Raven, la benjamina, que recién nacida perdió una de sus patas. “Sus niñas”, como ella suele llamar a sus gatas, acompañan sus días de estrés e inspiración, y ese arte de las palabras, agitado, que entre bambalinas, diseña sus sueños. Unos sueños que, camino de los 60 años, no decrecen, si no que se alimentan de nueva ideas, en una constante ebullición de actividad. En un futuro cercano, Mª Consuelo se propone producir un documental y más adelante, retomar la producción de un disco con poemas musicalizados de los autores y autoras de la colección de Poesía de Eirene Editorial. Otro de sus sueños, crear un pequeño espacio cultural multifuncional en el que proyectar películas, montar obras de teatro, realizar conciertos, talleres y tertulias. Mª Consuelo también cree firmemente en el micro mecenazgo como una forma de dar y recibir. Por eso a nivel individual es socia de varios Santuarios de protección de animales de granja. ¿Quien sabe si en un futuro no creará un refugio para gatos y perros ancianos abandonados?

Lo que tiene claro esta madrileña vital y optimista es que en los años que le queden por vivir no piensa quedarse quieta. «El día que me muera me llevaré conmigo todas las experiencias vividas, todo el amor entregado y recibido. La ilusión de haber abierto caminos y haberlos transitado».

 

Cristina Menéndez Maldonado

Cristina Menéndez Maldonado es periodista y escritora. Autora de las novelas Palabras de lluvia (2013) y Diosas del silencio (2015), los libros ilustrados El Alma de la Armonía (2013) y Diario de una artista (2013) y los libros infantiles Peditos pedetes pedotes (2013) y ¿Te cuento un secreto? (2014), es colaboradora en la revista Clío Historia. Además de todo eso, Cristina es nuestra compañera de carrera y como le encanta On the 50 Road, y descubrir a mujeres inspiradoras, se ha unido a nuestro equipo de colaboradores.

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