Creando nuevos moldes en Campus Madrid
La base sobre la que se construye Google, uno de los grandes imperios económicos y de influencia social en el mundo -y por ende el centro Campus Madrid- es fomentar la diversidad basada en el respeto. Ese es su gran valor. Sin embargo, el panorama de inclusión profesional de mujeres en Google a nivel internacional y nacional no es para sacar pecho, reconoció en su intervención Fuencisla Clemares, directora general de Google España y Portugal y anfitriona de este evento. Pero lo saben, lo reconocen públicamente y trabajan para mejorarlo. En su plantilla global cuentan con 31% mujeres, 24% directivas y 20% ingenieras. Por lo visto les resulta muy difícil conseguir una cantera de mujeres universitarias graduadas en carreras de ingeniería. Y uno de sus cometidos es fomentar el interés por estas carreras entre las niñas y las jóvenes, y prestar apoyo a los proyectos de emprendedoras.
Campus Madrid abrió sus puertas hace dos años y medio, para crear una comunidad internacional de emprendedores donde puedan desarrollar sus ideas en un ambiente inclusivo, de apoyo y con altas dosis de estímulo porque todo lo que ahí transcurre transmite motivación.
Su sede la conforman distintos espacios que facilitan los encuentros. Entre ellos, el auditorio donde se celebran eventos y charlas sobre todo lo que tenga que ver con el mundo del emprendimiento, y el Campus Café, quizá el lugar más emblemático de la casa, abierto, informal y siempre animado, donde para asistir solo tienes que registrarte online. Un lugar donde encontrarse como pez en el agua en el mundo de las ideas y los proyectos, mientas te tomas un zumo cargado de vitaminas. El espacio de coworking está disponible para las startups residentes que quieran trabajar desde allí, con un alquiler de espacio fijo y periodos de estancia largos. Y entre sus actividades destacan, Campus Residency, un programa personalizado enfocado en dar apoyo a startups de alto potencial que ofrece soporte personalizado, expertos y conexiones a nivel global. También Campus Mentoring con charlas impartidas por fundadores con experiencia de la comunidad de Campus, orientadas a todos aquellos emprendedores que tienen una idea o están comenzando a desarrollar su proyecto, así como a aquellos que ya están dando los primeros pasos en el mercado con su startup; puedes también presentar tu candidatura para acceder a una sesión 1:1 con un fundador residente de Campus. Y Campus Meet-ups, encuentros informales entre emprendedores con intereses, sueños y desafíos similares.
Entre sus miembros registrados y residentes cuentan con 98 nacionalidades y un 39% son mujeres emprendedoras. Y para ellas han creado Women Welcome, donde cada mes, Paola García, Embajadora de la comunidad de Campus Madrid, te invita a unirte a este meetup en la cafetería, junto con otras mujeres emprendedoras para poner en común preguntas y buscar conexiones interesantes según lo que estés desarrollando. Y los encuentros internacionales de Women TechMakers, que en España tienen lugar anualmente en Barcelona y en Madrid, con el objetivo de dar a conocer el trabajo y el conocimiento de las mujeres en el sector técnico.
El aforo del evento al que asistí dedicado a las mujeres emprendedoras estaba rebosante de mujeres muy jóvenes. Y hago hincapié en ello porque creo que es un tema que debería de ir cambiando en nuestra sociedad. ¿Por qué el interés sobre emprendimiento donde intervienen profesionales referentes solo interesa a la gente joven? Cuando el emprendimiento es un asunto que nos atañe a todos, a las mujeres a partir de los cuarenta muchísimo. De hecho Campus Madrid, que cuenta con un 25% de sus miembros mayores de 45 años, en su empeño por hacerse inclusivo, organizó unos talleres enfocados a los emprendedores seniors, pero me temo que la cosa quedó sin fuelle. No ha tenido continuidad. Deberíamos de comenzar a vivir en una sociedad más intergeneracional sin fronteras, donde a la gente le unan sus intereses. Ya se habla de Connecting Generation, una nueva generación de gente conectada a la tecnología donde no hay edades que valgan, simplemente su interés por asumir en sus vidas cotidianas las innovaciones tecnológicas que van llegando.
Las participantes en el coloquio fueron:
Fuencisla Clemares, directora general de Google España y Portugal.
Carina Szpilka, promotora del fondo de inversión K Fund, centrado en el apoyo de startups españolas que ponen la tecnología al servicio de las personas. Además es consejera independiente de varias empresas, y desde 2017 presidenta de la Asociación Española de la Economía Digital (Adigital), que impulsa la transformación digital de nuestro país.
Sira Pérez de la Coba, ingeniera de telecomunicaciones, fundadora y directora general de Shazura, un buscador visual de imágenes y vídeos en internet, desde junio de 2015 y de Shot&Shot desde julio de 2012.
Paola García, ingeniera de telecomunicaciones, co-fundadora @Chefly, Caterings & Chefs independientes.
El título del evento se fue transformando a lo largo de la charla. Ya no se trataba de romper moldes, sino de crear nuevas formas de hacer empresa. Avanzar por nuestros propios caminos para dejar atrás la dialéctica mujer-hombre. Un ejemplo muy ilustrativo lo expuso Fuencisla Clemares: sus antiguos jefes la habían tachado varias veces de ser demasiado «nice» con sus clientes, cuando lo que querían decir es que tenía que subir el volumen de voz para hacerse notar, para imponerse, vaya. A lo que responde Paola García, «a lo mejor lo que tenemos que hacer es acostumbrar a los hombres a bajar la voz, que sean ellos los que se adapten». Carina Szpilka no ha tenido que romper el techo de cristal a martillazos, sino que ha ido avanzando de forma natural sin obstáculos que le hicieran sentirse en una posición de desigualdad, y apuesta por actuar con normalidad, con autenticidad. Ahí reside la fuerza de cada persona.
Cuando se les pregunta qué nuevos valores aportan las mujeres líderes en sus empresas, se habla de mayor flexibilidad, empatía e inclusión, de buscar acuerdos win to win, una técnica de negociación encaminada a conseguir ventajas y beneficios mutuos, y de proyectar a largo plazo. A las mujeres se les achaca que tardan más en tomar decisiones, simplemente porque procuran estudiar todos los factores implicados y sus diferentes variables. El campo visual de la mujer tiende a abarcar mayor amplitud de miras. Eso está en nuestra naturaleza.
Ya hay signos de que los tiempos están cambiando en nuestro país y, además de Google, hay otras empresas tecnológicas lideradas por mujeres, como HP, Facebook, IBM, Siemens, Microsoft, Twitter y LinkedIn. Son la avanzadilla de directoras ejecutivas para el resto de los gremios profesionales.
La conversación se cerró con una ronda de consejos:
«No hay cosa peor que hacer lo que no te gusta y encima fracasar», Fuencisla Clemares.
«The Power of Personal Accountability«. Ante una dificultad de cualquier tipo, puedes tomar dos caminos, el que va hacia abajo y dejarse llevar por el pesimismo, o el que va hacia arriba y coger el toro por los cuernos», Carina Szpilka.
«Creer en ti misma. Las barreras nos las ponemos nosotras mismas. Intenta lo que te gusta y en lo que crees», Sira Pérez de la Coba.
«Seguir la propia intuición y aprender a ser diferente (y eso cuesta). Empoderarte y trabajar», Paola García. Entre sus iniciativas diferentes, está el introducir la posibilidad de asistir a los eventos y actos con tus hijos. Allí estaba su niña de muy pocos años, absorbiendo ideas que aún no es capaz de digerir, pero… petit à petit l’oiseau fait son nid (poco a poco el pájaro hace su nido). A mí me parece extraño. Me da miedo la idea de que una vez más las mujeres tengan que estar pegadas a sus hijos hasta en el trabajo, que no haya manera de ser madre e individuo. Pero creo que por esto que digo, dentro de unos años, se me tachará de retrógrada. Quién sabe, y quién sabe también quizá dentro de unos años sea un activo para añadir en los curriculums: «comencé a asistir a conferencias sobre tendencias sociales en los brazos de mi madre. Vamos que las amamanté».
Pero ahí no quedó todo, hubo otras dos intervenciones estupendas. Por un lado, la de Nerea Pérez de las Heras, periodista y autora de Feminismo para torpes, unos talleres-espectáculo que representaba en teatro y que ahora irá realizando para la plataforma Planeta Futuro/EL PAÍS, donde va fusilando cada uno de los estereotipos y las desigualdades que definen la sociedad española actual, los evidentes y los sutiles. No se le escapa ni uno, y los suelta con ingenio, sin sutilezas, a golpe de ironía y de mucho humor. Nerea comenzó su intervención largando su parecer hacia las revistas femeninas «aquellas que tanto daño nos hacen. «He colaborado con una revista femenina con sección propia y llegué a incluir mujeres disruptivas de todo tipo, contaba al comienzo de su intervención, pero lo más subversivo de todo fue escribir sobre una mujer ¡mayor de 38 años!. Eso sí, todas tenían que ser muy guapas. Si no, no entraban.» «Siempre me ha impactado la diferencia de portadas entre las revistas femeninas y masculinas. Las mujeres con cutis de seda y sonrisa angelical, mientras que los hombres si tienen la cara como un mapa de carreteras o expresiones imposibles, pues todavía más interesantes …». Eso mismo pensaba yo viendo el otro día una película de Ricardo Darín, ¿por qué resulta tan atractivo con esa cara tan complicada, marcada por surcos tan profundos que se hacen oscuros? simplemente porque nos da igual ¿y si esos surcos diseñasen la cara de una mujer atractiva? No hay quien se lo imagine.
Puedes ver su show en vivo este mes y el que viene en la nueva Sala Equis en Madrid.
Y por otro lado, la intervención de la periodista Patricia Horrillo, sobre la nueva enciclopedia digital del siglo XXI, Wikipedia, administrada y financiada por la Fundación Wikimedia. El proyecto nació en 2001, como una plataforma donde contar la Historia, en la que puede escribir cualquiera, para romper con el monopolio de la memoria. La condición es documentarse sobre el tema que se vaya a escribir. Wikipedia recolecta documentación existente, no crea nueva información. Vino al mundo entre un gran escepticismo, por su naturaleza colaborativa a la que no estábamos acostumbrados, y a día de hoy «toda la información parece que está en Wikipedia». Se ha convertido en un referente y si un nombre no figura en ella entonces es que «no será tan importante».
Pues bien, sólo hay un 10% de mujeres editoras en Wikipedia y sólo el 16% de las biografías son de mujeres porque no hay donde documentarse. Patricia Hornillo se ha propuesto acabar con este vacío creando un grupo de trabajo dirigido a introducir mujeres en Wikipedia porque «nadie hablará de nosotras si no figuramos en Wikipedia«. Su lugar común es Wikiesfera, una plataforma que nació en 2014, con el fin de incorporar más mujeres en la edición, ampliar el contenido relativo a biografías de mujeres e incorporar contenidos libres de tipo audiovisual para facilitar la documentación de otro tipo de conocimiento que no esté basado exclusivamente en la academia, las instituciones o los medios de comunicación convencionales. Además, organizan y divulgan actividades de carácter colaborativo que se organizan en Madrid. La reuniones maratonianas las realizan en el centro de cultura digital Medialab Prado. Allí convocan grupos de mujeres cineastas, viajeras, programadoras, científicas, fotógrafas, escritoras … para actualizar y completar la enciclopedia.
La idea de impulsar la Editatona (la versión femenina del Editatón) fue obra de Carmen Alcazar, secretaria ejecutiva de Wikimedia México, y se ha convertido en un movimiento internacional entre los países hispanohablantes, que busca anular la brecha de género existente en Wikipedia y en los proyectos Wikimedia. Son maratones de edición de la Wikipedia exclusivos para mujeres, en el que las participantes incluyen en la enciclopedia el trabajo de mujeres que no aparecen en Wikimedia o bien en el que colaboran para disminuir los sesgos de género. Existen otras iniciativas a nivel global para reducir esta brecha como WikiWomen’s Collaborative y WikiProject Women.
“Cuando en una empresa creas una cultura de colaboración y de confianza, las personas están dispuestas a asumir riesgos 22 veces más que en una convencional, lo que se traduce en 8 veces mayor innovación y esto a su vez en 6 veces más resultados financieros de la organización. Es decir, que la colaboración crea valor económico”.
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