Cuando JR (Jean René) era adolescente se dedicaba a marcar las calles de París con su nombre. Un día encontró una pequeña cámara en el metro y se puso a documentar las andanzas de su pandilla de grafiteros y pegar las fotos sobre paredes urbanas. Montaba sus propias exposiciones callejeras, sin catálogos, ni curadores, ni galeristas, ni permisos. Esos fueron sus comienzos más irreverentes, pero la inquietud artística que llevaba dentro y su energía le fueron encauzando hacia otra forma de expresar su identidad mucho más interesante. En 2005 hubo unas revueltas violentas en París, los medios habían puesto el foco en la violencia de las bandas callejeras, así que se le ocurrió a JR tomar retratos de esas bandas, pero uno por uno posando y canalizando su propia agresividad hasta la caricatura de sí mismos. Fue colgando las fotos a gran formato, sin permiso, por las calles y un año después las coló frente al ayuntamiento de París a modo de exposición al aire libre en uno de los distritos más burgueses de la ciudad. El título: Retratos de una Generación. Su logro había sido captar el orgullo de cada una de esas personas en el momento de ser retratadas. A los que se les había diluido en una banda de criminales, JR les convirtió en individuos con su propia identidad.
En 2007 se fue con un amigo a conocer de cerca el conflicto israelí-palestino. Salieron a la calle, charlaron con la gente y fueron percibiendo un ambiente diferente del que veían en los medios. Se les ocurrió retratar a personas de ambas religiones del mismo gremio: panaderos, taxistas, cocineros, abogados… y les pidieron permiso para pegar sus rostros por las calles de 8 ciudades israelitas y palestinas, uno al lado del otro, por profesiones, a ambos lados de los muros. Lanzaron Face 2 Face, la mayor exposición de arte ilegal que se haya hecho. Y de ahí saltó, en 2018, a los cuatro continentes para montar la película Mujeres Heroínas, un tributo de los hombres a sus mujeres en zonas en conflicto, que se presentó en Cannes en 2010. Ese mismo años creó The Wrinkles of the City, un proyecto que le llevó a Cartagena, Shanghai, Los Angeles, Havana, Berlin y Estambul para poner el foco en la transformación de los barrios a través de las arrugas de sus mayores.
Le gusta considerarse artista. Se ha convertido en un artista callejero, internacionalmente reconocido, que va recorriendo el mundo cámara en mano o con un fotomatón móvil coleccionando miradas y rostros de individuos anónimos sobre papel a gran formato, en blanco y negro, para dejar sus huellas allí donde vivan. Son retratos fugaces para no perder ni una pizca de espontaneidad. Muchas de esas caras, miradas o cuerpos impresos sobre papel, se asoman por lugares insospechados de sus barrios, entre tejados, sobre paredes desvencijadas, fachadas de edificios, contenedores,… lo hace simplemente por el placer de transformar el paisaje urbano y provocar la atención de cualquiera que pase por allí. Son presencias humanas vivas que contrastan con el entorno y le dan vida.
Otras veces el trabajo es más ambicioso y a su forma de expresar arte le añade una intención social para crear impacto: Inside Out project es un proyecto global en permanente construcción en el que participan comunidades vecinales por el planeta que quieren expresar una inquietud común social o política, apoyar una idea o un valor que les una. Es una forma de poner rostro al asunto que les incumbe y humanizarlo. A veces es la propia comunidad la que se encarga de plasmar esa inquietud en su barrio, con la colaboración del artista. La comunidad le propone el tema y le mandan sus fotos, él las imprime a distancia y se las devuelve para que forren el lugar que consideren. Otras veces es él quien hace los retratos in situ. La película que se estrenó hace dos años Rostros y Lugares es un bellísima narración de esta aventura suya por Francia, acompañado de Agnès Varda, la cineasta de la Nouvelle Vague recientemente fallecida. Las conversaciones entre los dos artistas, con más de cinco décadas de diferencia, en la furgoneta fotomatón ambulante, mientras recorren las carreteras y los puebles franceses no tienen desperdicio. Los murales duran lo que les permite la intemperie, pero durante ese tiempo queda constancia de un mosaico de rostros, que adquieren significado en su conjunto. El poder de la obra reside en las personas que han participado en el proyecto, que han querido formar parte y dejar su huella. Es la suma de los individuos lo que causa impacto. La unión hace la fuerza.
Este año para celebrar el 30 aniversario de la pirámide del Louvre ha creado una ilusión óptica gigante, ayudado por un ejército de 400 voluntarios, en la que la pirámide emerge de la tierra. Las cosas han cambiado mucho desde que pegó ilegalmente frente al ayuntamiento de París los rostros de aquellos chicos en 2005. Y acaba de inaugurar la exposición The Chronicles of San Francisco en el MOMA de San Francisco. Una especie de caleidoscopio sobre las gentes que habitan San Francisco. JR pasó dos meses en 2018 recorriendo la ciudad con su estudio móvil, cubrió 22 localizaciones y entrevistó, fotografió y filmó a la friolera de 1.200 personas. El resultado se expone en unos murales en movimiento que entremezclan todo tipo de personas que se ven cotidianamente por la calle. La entrada para verlo es libre. Es una obra para la gente sobre la gente de la ciudad.
En 2011 recibe el TED Prize, que le sirvió para poner en marcha el proyecto Inside Out.
JR: The Chronicles of San Francisco en el SFMOMA, 2019.
Trailer del documental Women are heroes, 2011
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