Dentro de seis años el planeta contará con 37 megaciudades con más capacidad y potencia que muchos Estados, y pasarán a transformarse en gigacities en cuestión de tres décadas, cuando 2 de cada 3 personas vivan en ciudades. En el transcurso de la última década el 90% de lo que se construye en las ciudades ha pasado a manos de inversores y constructores globales. Las ciudades crecen a un ritmo imparable y por eso están siendo objeto de reflexión a nivel internacional. El festival OPEN HOUSE Madrid quiere participar en este debate y acaba de celebrar su 5º Congreso dedicado al urbanismo, que determina la forma en que vivimos, nos relacionamos y evolucionamos.
La ciudad no existe sin la gente. Las ciudades son de quienes viven en ellas. No debiera haber límites entre lo que viene a llamarse ciudad formal e informal, entre la proyección urbanística y el caos donde residen los más desfavorecidos. La ciudad no es, con excepciones, un ente nuevo y por eso, deberían convivir pasado, presente y futuro. Habría que pensar en el futuro a partir de lo existente, conservar la historia de los edificios y del urbanismo para respetar su alma; recuperar espacios públicos, reinventar y reciclar las infraestructuras existentes, potenciar la energía de zonas verdes, promover la reutilización de deshechos y la investigación de materiales nuevos y su combinación con los existentes, y una arquitectura que aporte valor energético y que sea capaz de producir recursos. Esto es a lo que se aspira, pero, sin embargo, las consecuencias más recientes del desarrollo de las ciudades son la gentrificación, barrios que se van reformando, suben alquileres y se expulsa a la gente que vivía allí; y la comodificación (commodification), construcción de edificios cuyo único fin es la inversión económica, en lugares privilegiados, con el sello de un arquitecto mediático y a precios carísimos, dos factores que nos alejan de las ciudades inclusivas, diseñadas para que convivan en ellas sus ciudadanos.
Por eso, en el congreso se habló de la necesidad de perseverar en la planificación de ciudades humanas donde prime el sentido de comunidad (capaz de alargar cinco años la esperanza de vida de las personas) con espacios públicos peatonales y verdes, con una redensificación urbana eficaz, una movilidad pública y una conectividad entre zonas efectiva, con comercios locales, y precios de la vivienda asequibles (acabo de leer una noticia que cuenta cómo el ayuntamiento de Berlín ha comprado seis mil pisos para rebajar el precio de alquileres. Berlín siempre se había caracterizado por tener una oferta de pisos céntricos y bonitos a un precio nada abusivo, pero la cosa ha cambiado en los últimos años. Tanto, que las instituciones públicas se han visto forzadas a reaccionar). Se hizo referencia a la arquitectura y urbanismo de prevención y de emergencia en zonas de crisis, y también, a la construcción de edificios públicos y viviendas en países en desarrollo con materiales autóctonos y con la colaboración de profesionales locales, y a las viviendas diseñadas y prefabricadas en 3D para adaptarse a otros mundos fuera de nuestra órbita, para el planeta Marte, en concreto, que podrían aportar soluciones en la Tierra. Y en lo relacionado también con el desarrollo de las tecnologías se planteó el potencial del big data para prevenir y redefinir el comportamiento de las ciudades a golpe de clics, un tema que no deja de resultar inquietante.
Todos estos son asuntos que están transformando las ciudades y que se expusieron la semana pasada en el 5º Congreso Open House Madrid, que llevaba por nombre Designing the new City, su directora de orquesta fue la periodista especializada en arquitectura Anatxu Zabalbeascoa.
La arquitecta urbanista Marta Colás, City Planning Consultant en Arup, ha hablado del sentido de la responsabilidad por parte de políticos, urbanistas y ciudadanos para conseguir vivir en ciudades de calidad. La empresa donde trabaja se ocupa de hacer realidad los retos más complejos de la construcción urbana y para ello cuenta con un equipo de arquitectos, urbanistas, consultores, ingenieros, diseñadores, proyectistas y tecnólogos que ponen en común sus conocimientos para que los proyectos que pasen por sus manos se hagan de la forma más eficiente, sostenible y puntera. Y para ello colaboran con niños y gente mayor que aportan su parecer sobre la calidad de vida en una ciudad.
Luis Vidal, arquitecto, fundador y presidente del estudio internacional luis vidal + arquitectos introdujo su ponencia haciendo referencia a un marcador mundial, el Worldometers, que registra los macrodatos del planeta en tiempo real, lo cuantifica todo: la población, los hábitos sociales, nos dice cuánto dinero nos hemos gastado hoy en salud, en educación, en defensa, en consumo de agua y energía, en alimentación… produce vértigo, pero es muy interesante porque son datos que conforman nuestra vida cotidiana a nivel mundial. De ellos se sirve, entre otras cosas, para mostrar que «el planeta no tiene un problema de energía, sino de tecnología», todavía no somos capaces de canalizar la energía que llega a nuestro planeta de forma eficaz, de la que hacemos un uso insignificante con respecto a la cantidad de millones de megavatios que gastamos.
En el vídeo puedes escuchar las intervenciones de los ponentes invitados y ver también la entrega de Premios, que estrena su primera edición.
Esta semana se celebra la XVI Semana de la Arquitectura, coincidiendo con los 100 años de la Revista Arquitectura y los 90 años del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) y Madrid será su protagonista. Habrá exposiciones y conferencias, apertura de edificios de reconocido valor arquitectónico y la incorporación de nuevos itinerarios de urbanismo y arquitectura de la mano de algunos de los Colegiados de Honor del COAM, y comenzará un ciclo de diálogos que continuará en los próximos meses sobre la evolución de Madrid en estos 100 años, vista a través de los ojos de algunos de sus grandes protagonistas. Todo ello para acercar la arquitectura a la sociedad y el poner en valor el patrimonio arquitectónico donde viven sus vidas los ciudadanos de una de las capitales de referencia en el mundo.
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