El 8-M comienza a recoger sus frutos
Parece que la masiva movilización que tuvo lugar el 8-M no se quedó en agua de borrajas. Se han puesto en marcha los motores de presión social para conseguir que se cumpla la Ley para la Igualdad efectiva entre hombres y mujeres, promulgada hace once años, pero que ningún gobierno, ni el que la promulgó ni el que le sucedió, ha tenido a bien vigilar su cumplimiento. Mejor seguir dejándose llevar por los usos y costumbres ancestrales, que han resultado muy cómodos para una mitad de la población. Eso de la igualdad sigue sin ser un asunto «prioritario» en política…., aunque sí social.
Emociona pensar que seguramente el año que viene cuando se vuelva a hacer balance de la situación en cuestión de igualdad de género, allá por marzo, se habrán conseguido importantes avances, y no nos quedaremos una vez más con cara de emoticono pasmado. La necesidad de transformación social impulsada por el feminismo ha venido para quedarse porque «las tendencias que vienen de la mano de lo jóvenes no son pasajeras», afirma Belén Barreiro en El País, directora de la consultora MyWord y expresidenta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Yo diría más bien que no son pasajeras las tendencias que vienen de la unión entre generaciones, y de mujeres con hombres. Se trata de encontrar una reconciliación entre todos donde todos salgamos ganando. Y, por fin, se empiezan a considerar cambios estructurales, a base de implicación y tesón, no cabe duda.
Precisamente, una de las acciones que se están llevando a cabo parte de un grupo de hombres que se sienten implicados en el movimiento en pro de la igualdad de género. Cincuenta economistas y académicos de las Ciencias Sociales han impulsado el manifiesto @No_Sin_Mujeres / #No_Sin_Mujeres, que recopila firmas de profesionales que se comprometen a no participar “en ningún evento académico o mesa redonda de más de dos ponentes donde no haya al menos una mujer en calidad de experta«. Han superado ya las 500 firmas de hombres comprometidos, la mayoría economistas, sociólogos y politólogos adscritos a universidades nacionales e internacionales o centros de investigación como el CSIC. «O te obligas o no lo haces. Yo mismo era reacio a las cuotas hace algunos años, porque parece una imposición. Pero la realidad me dice que si no hay incentivos normativos, compromisos explícitos o sistemas de cuotas, no avanzamos«, cuenta, para El Español, el economista Daniel Fuentes, uno de sus impulsores.
Otra iniciativa masculina, que comulga con la misma filosofía, la lanzó hace unos meses la fundación Sociedad Civil por el Debate (SCD): #NoMásDebatesSinMujeres. Su objetivo: evitar la ausencia de mujeres expertas en los debates de interés público. La misión de esta fundación es promover ideas y crear nuevos modelos productivos, sin fronteras.
Ambas iniciativas seguramente hayan encontrado sus inspiración en acciones como la campaña HeForShe (Él Para Ella) lanzada por la ONU Mujeres en 2014. Y también el movimiento ciudadano francés #JamaisSansElles (Nunca Sin Ellas), que se puso en marcha en 2016 en favor de la paridad de género, promovido también por un grupo de hombres, empresarios humanistas, del mundo de la tecnología, de los medios, la educación y la política que intervienen en debates públicos, a los que rechazan acudir si no se invita a ninguna mujer. Os lo contamos en este post.
En esta misma línea está la plataforma de denuncia internacional #allmalepanel, que creó en 2015 la filandesa Saara Särma, investigadora en Relaciones Internacionales por la Universidad de Tampere en Finlandia. Es un espacio digital que se encarga de dar visibilidad a cualquier evento en donde solo participen hombres expertos en la materia que se vaya a tratar. Cada una de las fotos que va subiendo la gente ya sea desde China, EE. UU., Argentina, Alemania o Sebastopol, aparece irónicamente marcada con un sello donde figura el rostro del personaje Michael Knight con el dedo en alto. La plataforma la encabeza la frase Congrats, you have an all male panel! (Felicidades, has conseguido un panel totalmente masculino!). Su versión española #HablanTodoEllos fue creada en marzo 2018.
Y tras la torpeza por parte del gobierno en la designación de una comisión de expertos penalistas masculinos (¡y dale!) con el fin de reformar el Código Penal sobre el concepto de violencia en las agresiones sexuales, ha llevado a que la mayoría de las catedráticas de Penal se hayan unido y firmado una carta de protesta colectiva para pedir una comisión paritaria que se encargue de estudiar la reforma (¡de cajón!). Margarita Martínez Esmailla, una de las catedráticas firmantes, comentó en El País que «era la primera vez que se unían todas en una reivindicación. Ni siquiera pensamos lo mismo a nivel ideológico, pero el género nos une». Este comentario me ha recordado a un artículo publicado en Yo Dona que contaba como en Angola, con un Parlamento con 30% de mujeres (en España contamos con un 40% de representación femenina, de los primeros en la Unión Europea), cada partido político cuenta con su propia organización femenina, y cuando se discute un tema de especial relevancia que atañe a las mujeres, las congresistas pueden romper la disciplina de partido y unirse para defenderlo con fuerza. «En nuestro Parlamento hay cinco partidos, pero es normal que las diputadas trabajemos juntas sin importar a cuál pertenezcamos para defender los intereses de las angoleñas. Cuando tratamos de asuntos femeninos no podemos politizar las soluciones. Ningún partido nos impide trabajar de esta manera, sino que lo respetan», explica Cándida Celeste, ex ministra de Familia y Mujer, diputada por el MPLA y presidenta del Grupo de Mujeres Parlamentarias.
Claramente el año pasado se encendió la mecha para llevar a cabo una reforma transversal que está calando en todos los ámbitos sociales y, a remolque, lo hará en la gestión política. Algún día, quizá no tan lejano, se habrá conseguido la normalización social e institucional de la Igualdad de género, y entonces tanta energía se dedicará a otros asuntos también prioritarios.
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