La iniciativa fue idea de Miriam González-Durántez, abogada especializada en derecho de la Unión Europea, nacida en Olmedo, Valladolid, con residencia en Londres y casada con el ex viceprimer ministro de Reino Unido, Nick Clegg. La prensa británica no le perdonó que en su época de personaje público, por ser mujer de un político, tuviese a bien mantener su apellido obviando el tratamiento de Mrs.Clegg. Ella insiste y se lo toma con humor. De hecho supo aprovechar su exposición mediática para dar visibilidad al proyecto Inspiring Girls.

Cree firmemente en la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, y sabe que para conseguir derribar los estereotipos de género hay que empezar desde la base, que es la educación de los más pequeños para encaminarles sin titubeos. A los seis años los niños comienzan a asimilar el reparto de roles y a distinguir entre profesiones femeninas y masculinas. Es el momento de comenzar a actuar para que ese imaginario no les condicione de por vida. La confianza en uno mismo es primordial para creer en su potencial, y está demostrado que la autoestima de las niñas, independientemente del país y del lugar donde vivan, es muy inferior a la de los chicos, lo que les condiciona su futuro como estudiantes y en su carrera profesional. La sociedad con sus desigualdades nos ha ido condicionando.

La idea es muy sencilla: invitar a mujeres líderes o no en las profesiones más variadas a que visiten los colegios y dediquen una hora de su tiempo a contar a las alumnas cómo han llegado a donde están y cómo muchas de ellas rompieron las barreras imaginarias o impuestas para conseguir alcanzar sus metas, valiéndose todas de su esfuerzo y tesón. El propósito es que las niñas sepan desde pequeñas que podrán elegir cualquier profesión y para elegir hay que conocer esas posibilidades. Inspiring Girls les brinda referentes femeninos que en persona les cuentan sus historias. Y como el narrar historias personales tiene un poder motivador incalculable, esos encuentros pueden servir de trampolín para seguir queriendo volar en la adolescencia, en la carrera y más allá.

La organización tomó forma en Reino Unido (el 90% de los colegios públicos ya se han apuntado a la iniciativa) y se ha extendido a ocho países, pero pretenden hacerla global a través de internet para que cualquier niña, esté donde esté, pueda acceder a escuchar sus historias, le entre el gusanillo de la ilusión y sea consciente de sus posibilidades.

Marta Pérez Dorao es presidenta de la fundación en España, que comenzó a funcionar a finales del 2016, y este año pasado se ha celebrado la I Edición de los Premios Inspiring Girls. Además de visitar las escuelas, las voluntarias imparten talleres temáticos sobre tecnología, ciencia, ingeniería, rodaje de películas… Sabe que hay mucho por hacer, como extender la iniciativa también a niños, padres y maestros, y conseguir una medición del impacto real en las niñas… Paso a paso.