En 1986 cuatro científicos catalanes consiguieron llegar a la Antártida con el proyecto de plantar su tienda de campaña en la isla Decepción y presionar así al Estado español para vincularse al Tratado Antártico. Lo logran en 1988. El artífice de las negociaciones fue el oceanógrafo y profesor Antoni Ballester, quien lideró la lucha por conseguir que España participase del grupo internacional de investigadores en aquellas tierras vírgenes, consiguiendo montar en la Isla Livingstone, el primer laboratorio español de investigación internacional, la Base Antártica Juan Carlos I.

Pero cuando apenas faltaban unos meses para comenzar la campaña científica, Ballester sufrió un ictus que le inhabilitó. La oceanógrafa y bióloga Josefina Castellví, que le había acompañado desde un principio, se vio en la necesidad de tomar el revelo y asumir la dirección de la base internacional hasta 1997.

Con casi 77 años y con varios premios de reconocimiento a su labor, decide romper la promesa que se hizo en 1994 de no volver a la Antártida, para participar en el proyecto que le propone el director de documentales Albert Solé: rememorar aquella época extraordinaria en el 25 aniversario de la creación de la base española. Lo que venía a llamar la propia Josefina «su aventura vital más intensa«. Zarpa de nuevo en el Hespérides para volver a visitar esas tierras de nadie. Esta vez junto al equipo de rodaje, con el mismo sentimiento de antaño de mariposas en el estómago, pero a sabiendas de que va liberada de preocupaciones profesionales. Quiso volver a reencontrarse con esos paisajes blancos a modo de despedida y ver con sus propios ojos cómo se ha ido desarrollando la base en sus años de ausencia.

Esta es la aventura de una mujer pionera en el campo de la investigación científica: la primera mujer española que se convirtió en directora de investigación en unos terrenos vírgenes y en su estado más incipiente y precario.

El documental lo puedes ver en el programa Imprescindibles de rtve.