Las nuevas generaciones líquidas
El artículo Mujeres ‘perennials’: las generaciones que el marketing no entiende, escrito por María Garrido para el semanal S Moda hace unos meses, me hizo pensar en el sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman, quien acuñó el término «modernidad líquida» para definir la nueva sociedad. Esta que estamos viviendo en un continuo sobresalto, donde la estabilidad y la certeza han dejado paso a la incertidumbre, a la transformación constante, al cambio y a la necesidad de reorientarse y readaptarse rápidamente.
El sociólogo, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación Humanidades 2010, fallecido a principios de este año, le imprimió a nuestra nueva forma de vivir un aspecto acuoso, resbaladizo e inestable. Ni el trabajo es para siempre (un contrato indefinido se ha convertido en un lujo, y un curriculum con pocos nombres de empresas puede crear sospechas de inmovilismo), ni la situación económica, ni los libros de texto del colegio, ni la ropa, ni los muebles de la casa, ni los coches, ni siquiera las relaciones de pareja. Todo es susceptible de ser cambiado en un margen de tiempo relativamente corto. La sociedad actual se define, según el filósofo por «el breve goce de las cosas».
Con todos mis respetos, me atrevo a utilizar el término «sociedad líquida» que acuñó Bauman para interpretar igualmente el nuevo panorama socio-demográfico. Las edades se van confundiendo y las diferencias entre generaciones se van diluyendo entre sí. Hace tan sólo un par de décadas las fronteras entre generaciones venían marcadas por la edad y resultaba un factor perfectamente previsible con muy poco margen de error: de la juventud se pasaba a la mediana edad, de ahí a la madurez, para finalizar en la tercer edad. Y cada cual quedaba encorsetado donde le tocase según sus años. Pero hoy esas demarcaciones ya no funcionan, según comenta el artículo de S Moda. Hay una tendencia social a mezclarse y lo que va definiendo a la persona no es su edad, sino su estilo de vida, su actitud.
Estamos viviendo una nueva época en la que se vive más tiempo mucho mejor. Y en la que, además, las mujeres que van cumpliendo años han conocido la vida moderna, fueron las precursoras del consumismo tal cual lo conocemos hoy (bueno, no tan salvaje) y quienes rompieron definitivamente con las ataduras patriarcales de sus madres. Han sido ellas mismas las artífices de una nueva forma de vida independiente económica y mentalmente. Nada tienen que ver con las generaciones anteriores a su misma edad. Y ahora se encuentran a gusto en el momento vital que están viviendo. No están dispuestas a dejarse estigmatizar por un criterio que ya no va con ellas. Quieren seguir disfrutando de la vida y arriesgando como cualquiera más joven.
El artículo quiere dejar constancia del desajuste que sigue existiendo entre las empresas de publicidad/marketing y la realidad y para ello parte de una encuesta sobre 500 mujeres de 40 y 50 años, realizada por la agencia inglesa SuperHuman y publicada recientemente en el diario británico The Telegraph. La encuesta reitera lo que ya han concluido muchas otras realizadas a este segmento de la población: el 96% de las mujeres de más de 40 años no se sienten identificadas con la mediana edad, que supuestamente las define, y el 91% no cree que los anunciantes las entiendan. «Se encuentran, concluye, en la plenitud de sus vidas, económicamente independientes, activas, interesadas en todo lo que ocurre a su alrededor. Las mujeres que nacieron en los sesenta y setenta se rebelan contra cualquier encasillamiento cuyo origen sea la edad». Pero como dice la autora del artículo, estamos en un momento de transición y todavía hay opiniones para todo. Las nacidas en los sesenta se revuelven con mayor cautela que las más jóvenes.
Según The Telegraph, esto es lo que las define como «the ageless generation» o «perennials«, término este último acuñado por Gina Pella, editora de la plataforma digital The What. Para Pella lo que define a perennials es la plenitud de las personas. Gente interesante de cualquier edad que vive en el presente y que se relaciona con otras edades, que está al corriente de la actualidad, curiosa, que acepta los cambios, gente con arrojo que corre riesgos y se involucra, gente que se interesa por la comunidad. Referentes para otras personas. Gina Pella apuesta por una sociedad inclusiva que no esté dividida por criterios demográficos. Totalmente de acuerdo.
Zygmunt Bauman sería una representación perfecta de perennial. Era una estrella para cualquiera, jóvenes y mayores, y asistió hasta el final allí donde le llamaban: coloquios filosóficos, festivales de música y actividades de la contracultura. Le gustaba compartir con quien fuese. Era un referente para la sociedad.
Echa un vistazo a nuestro post La unión entre generaciones, la nueva fuerza social en el que hacemos referencia a este nueva forma de sociedad inclusiva.
Educación líquida – Zygmunt Bauman
Nos gustaría saber si compartes esta opinión, si consideras que se tiende a una sociedad donde lo que nos une son los intereses y la forma de vida, independientemente de la edad que se tenga, o si lo ves como un asunto que afecta todavía solo a unas pocas personas.
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