Monumentos italianos en manos de la moda
Las casas de moda italianas se han empeñado en hacer todo los posible para fusionar moda y arte. Han creado Fundaciones espectaculares para exhibir sus colecciones de arte, y, además, sus intervenciones en la restauración de monumentos históricos en Italia comienza a ser lo habitual y la única vía para el mantenimiento del patrimonio artístico nacional. Una forma de llevar su marca a terreno más noble y dejar allí su huella para la posteridad como parte del patrimonio cultural del país. Una nueva fórmula que al Ministerio de Bienes Culturales le resulta muy rentable y cómodo.
Corrían los años 20, cuando Gabrielle Chanel viajó por primera vez a Venecia, huyendo del dolor tras la muerte de su gran amor Boy Capel. Fue acompañada de dos amigos, el pintor catalán José María Sert y Misa, musa excéntrica de Bonnard, Picasso y Stravinsky. Ambos la convencieron para pasar una temporada con ellos lejos de París. Y mientras Misa la introducía en la vida social de la extravagante aristocracia veneciana; José María Sert se encargó de empaparla de arte italiano. Desde entonces, fascinada por tanta belleza, volvió a la ciudad con regularidad, considerándola una de sus grandes fuentes de inspiración a lo largo de su carrera. La Casa Chanel ha querido rendir tributo a la ciudad y dejar allí una huella indeleble, en reconocimiento de la admiración que le profesaba su fundadora, convirtiéndose en mecenas de la restauración del León Dorado de la Basílica de San Marcos y de su frontón bizantino, por medio del Comité Francés para la salvaguardia de Venecia. El icono del león, que representaba su signo del zodiaco, le marcó a lo largo de su vida y fue fuente de inspiración de muchos de sus diseños.
Esta es, junto al Coliseum y las escaleras de la Plaza de España de Roma, la intervención más reciente de una firma de moda en el patrimonio monumental italiano. Desde hace años el área de cultura del gobierno ha decidido poner en manos del capital privado el mantenimiento y la restauración del patrimonio artístico del país. Varias marcas de moda han querido aportar su apoyo, con inversiones millonarias y con el fin de ligar para los restos su marca al mundo del arte, además de recibir un merecido reconocimiento y una poderosa publicidad.
Entre las firmas destacan Tod´s con la restauración del Coliseum (s.I) en Roma, que ha durado tres años, Fendi con la Fontana di Trevi (s.XVIII) en Roma, Diesel con el Puente de Rialto (s.XVI) en Venecia, la Fundación Prada, que colaboró en la restauración del palacio veneciano en el Gran Canal Ca’Corner Della Regina (s.XVIII) para convertirla en su sede en Venecia y espacio de exhibición, y Bulgari con la limpieza y restauración de la todavía no estrenada escalinata de la Plaza de España (s.XVIII) en Roma.
Pero de entre todos estos esfuerzos me gustaría destacar la labor de la Fundación Brunello y Federica Cucinelli, por ser su intervención mucho más extensa y continuada en el tiempo. El mismísimo Brunello Cucinelli, fundador de su marca homónima que trabaja el cashmere que da gusto, se ha implicado activamente en la reconstrucción del pueblo Solomeo, una pequeña aldea en Umbría, como parte de su gran proyecto de empresa humanística y allí vive y ha instalado su sede. Además de invertir en la restauración de sus edificios, está construyendo nuevos emplazamientos y proyectando su recuperación económica. Ha restaurado el antiguo castillo, ha creado una escuela que enseña corte y patronaje, horticultura y jardinería, ha alzado una plaza mayor, se ha encargado del paisajismo de nuevas zonas de cultivo, ha edificado el Teatro Cicinelli para el entretenimiento cultural de sus trabajadores, los vecinos y el turismo que llegue, con un programa cultural anual; y ha fundado la Escuela Humanista para promover los valores humanos tan arraigados en su modus vivendi y que quiere seguir difundiendo. Una escuela que engloba el pensamiento humanista, la ética y una forma alternativa de generar economía. La Escuela alberga una biblioteca rica en textos antiguos y modernos.
Brunello Cucinelli ha decidido ir más allá, a raíz de los últimos terremotos en Italia, se ha propuesto conseguir restaurar buena parte de una de las zonas más afectadas, el pueblo de Noria en los Apeninos.
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