Nani Marquina lleva treinta años diseñando alfombras. Quería introducir en España el concepto de alfombra contemporánea, cuando lo que se estilaba en las casas eran las alfombras persas. Quería crear diseño para el disfrute y, sirva de paso, para modernizar nuestras casas. Hija de Rafael Marquina, el creador de la famosa aceitera Marquina antigoteo, pertenece a una de esas familias catalanas, pioneras en nuestro país de la creación y el diseño de objetos funcionales y estéticos.

Lleva en la sangre la necesidad de crear y diseñar, y decidió centrarse en el mundo alfombra. Tras el éxito de sus primeros encargos, plantea el negocio a lo grande y se embarca en la carrera del diseño industrial. A finales de los 80, impulsada por la época dorada del diseño español, con nombres propios como Javier Mariscal,  Peret,  Alberto Corazón, Sybilla, Ágatha Ruiz de la Prada, Jesús del Pozo y Adolfo Domínguez,  funda su firma homónima nani marquina. Recién inaugurada la empresa, Javier Mariscal diseñó para su amiga uno de sus best sellers Estambul y también la alfombra Begonia adquirida por el MoMA de Nueva York. Desde muy pronto crea marca gracias a su entusiasmo y carisma; al apoyo de artistas en un momento de ebullición del diseño; a su capacidad para observar, dejarse inspirar y procesar el aire de los tiempos; a su afán por aprender y manejar el proceso artesanal de las culturas tradicionales, sirviéndose de la investigación e innovación para contemporizar  su producto. Y a su gran talento como empresaria para mantener la marca en constante evolución.

Tras un periplo de viajes a la India con la empresa ya en marcha, en 1993 decide arriesgar y apostar por deslocalizar la manufactura para trasladarla al norte de la India, convencida de la importancia de incorporar la artesanía al diseño, lo que confirió carácter a su marca, además de aportar un labor social a su empresa favoreciendo la economía local de estos países y mejorando las condiciones laborales de sus empleados. Y una vez consolidado su genio como diseñadora, añade un tentáculo más en su hacer empresarial, amplia miras, y se convierte en curadora de diseñadores con un prestigio internacional, que firman para nani marquina, introduciendo, el concepto de alfombras de autor; y con la segunda generación al timón, en 2014 cruzan el Atlántico para abrir la primera tienda en Nueva York, además de vender paralelamente sus alfombras en 600 tiendas por el mundo y prestar su destreza y técnica en proyectos de marcas internacionales como el museo Pompidou, la sede de las Naciones Unidas, Loewe, Fendi, Rolls-Royce y Audi.

Su sede, desde sus comienzos, permanece en Barcelona, en un edificio industrial repleto de luz y espacio, en el barrio de Gracia, mi barrio maravilloso en el que viví unos cuantos años. Recuerdo visitar entonces su muestrario que me impactó, parecía una galería de arte en donde las obras colgaban del techo sujetas a unos rieles, formando un paseo laberíntico de diseños, colores y texturas. Siempre he tenido a Nani Marquina en la cabeza porque ha sido una pionera no solo en su sector sino en la creación de una empresa a nivel industrial, capaz de fusionar tradición, innovación, diseño y expansión. Y todo siempre con una gran sonrisa.

Ha recibido el reconocimiento  por su carrera como empresaria, por su forma de hacer y por las alfombras que diseña, confecciona y edita. En el 2005 recibe en Premio Nacional de Diseño y el Premi Cambra a la Gestió Empresarial, así como varias nominaciones de los Premios Príncipe Felipe a la Excelencia Empresarial. Recientemente ha recibido el International Women Entrepreneurial Awardde la Cámara de Comercio de Manhattan, un premio a su persona que se suma al Premio FIDEM a la Mujer Emprendedora del 2007. Ha sido presidenta de ADP (Asociación de Diseñadores Profesionales) y de la Red (Reunión Empresas de Diseño). Desde principios de 2014, es la presidenta del FAD (Foment de les Arts i Disseny) en Barcelona.

Nani Marquina presenta la colección Natural de 2013.

En 2017 la firma nani marquina cumple 30 años. Este vídeo, realizado por el fotógrafo Albert Font, resume su trayectoria desde sus comienzos.