Ana ha sido un peso pesado en el mundo de la decoración, del diseño y del lujo. Se movía como pez en el agua en un universo muy exclusivo, pero buscando siempre la manera de aportar un valor solidario. Un buen día decidió viajar a Africa para conocer las misiones que estaba apoyando. Y ese viaje cambió su vida.

Gamberras, pícaras, entusiastas, vividoras, coquetas, hiperactivas, seductoras… No se equivoquen, no se trata del perfil de unas jovencitas sino de señoras que pasados los cincuenta se ponen el mundo por montera y se ríen en la cara de los que utilizan la edad como escudo para poner límites. Porque, hoy, las mujeres se parecen, cada vez más, a sus hijas.

«No hemos venido aquí a rogar a los líderes mundiales que se preocupen. Nos han ignorado en el pasado y nos volverán a ignorar. Nos hemos quedado sin excusas y nos estamos quedando sin tiempo. Hemos venido aquí para hacerles saber que el cambio está llegando, les guste o no”, eso dijo Greta Thunberg, con quince años, en su discurso en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2018. Ha conseguido movilizar a cientos de miles de niños por el mundo y las altas instancias de los organismos internacionales la invitan a dar discursos, que no hacen más que ponerles en evidencia.

En 2017 el 70% de las empresas reconoció no haber contratado a ningún mayor de 55 años, según un informe de la Fundación Addeco. Esta cifra no parece provocar reacción ni en los medios ni en las instituciones y, desde luego, tampoco en las empresas. Pero ya hay grupos sociales que se han propuesto tomar cartas en el asunto para visibilizar y poner solución a este reto que se nos plantea.

Cada vez son más los países que trabajan en la tarea de medir la felicidad o el sentimiento de bienestar. Y lo están haciendo alentados por la ONU, por su interés en que los gobiernos se impliquen y garanticen una sociedad lo más sana posible (y por ende menos costosa para cada país) y por el empeño humano de seguir avanzando hacia un grado de civilización cada vez mayor.

Actitud, seguridad en sí mismas, rebeldía y confianza en el futuro son las cuatro síntomas que están transformando y que definen a la nueva generación silver de mujeres, las que apuntan canas, teñidas o no. Es una de revolución en sí, de una envergadura asombrosa. La chispa saltó hace más de una década y está suponiendo una carrera de fondo, que nada tiene que ver con una tendencia pasajera. Las revistas Harper´s BAZAAR y un especial de VOGUE dedican su número de NOVIEMBRE a esta generación.

Todavía hoy cuando nos ponemos a hablar de sexo a partir de una edad, nos sale ese impulso irreprimible de sacar a relucir la palabra menopausia, acompañada del abanico de consecuencias físicas y psicológicas que implica el susodicho término. Su embestida es ineludible, aunque sólo se quiera hablar de sexo…

A partir de los cuarenta y tantos la aventura de buscar y encontrar trabajo se puede convertir en una prueba atlética. Cuesta mucho que las empresas nos consideren como posibles nuevas incorporaciones dentro de sus equipos. Hay que armarse de ánimos hasta dar con algo interesante o desviarse y seguir el camino de los que deciden emprender.